1Cuando el pueblo se dio cuenta de cuánto tiempo tardaba Moisés en bajar de la montaña, fueron juntos a ver a Aarón. Le dijeron: “¡Levántate! Haznos unos dioses que nos guíen porque este hombre, Moisés, que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le ha pasado”.
2“Tráiganme los pendientes de oro que llevan sus esposas, hijos e hijas”, respondió Aarón.
3Así que todos se quitaron los pendientes de oro que llevaban puestos y se los llevaron a Aarón. 4Él tomó lo que le dieron y usando una herramienta moldeó un ídolo con forma de becerro. Gritaron: “Israel, estos son los dioses que te sacaron de la tierra de Egipto”.
5Cuando Aarón vio esto, edificó un altar frente al becerro de oro y gritó: “¡Mañana será una fiesta para honrar al Señor!”
6Al día siguiente, temprano, sacrificaron ofrendas quemadas y presentaron ofrendas de paz. Luego se sentaron a celebrar con comida y bebida. Luego se levantaron para bailar, y se convirtió en una orgía.32:6.La palabra utilizada en este sentido, no era una especie de juego de fiestas. Los matices sexuales están claros por su uso en el Génesis 26:8 donde se refiere a las “caricias” de la intimidad entre Isaac y su esposa Rebeca. Tal resultado final de un festival que incluía la indulgencia en la comida y la bebida era habitual en las ceremonias paganas.
7Entonces el Señor le dijo a Moisés, “Baja, porque tu pueblo, el que sacaste de Egipto está actuando inmoralmente. 8Han abandonado rápidamente el camino que les ordené seguir. Se han hecho un ídolo de metal con forma de becerro, inclinándose ante él en adoración y ofreciéndole sacrificios. Dicen: ‘Estos son los dioses que los sacaron de la tierra de Egipto’”.
9“Sé cómo es este pueblo”, continuó diciendo el Señor a Moisés. “¡Son tan rebeldes!32:9.“Rebeldes” o “perversos”: la imagen es de un caballo siendo tirado por las riendas en una dirección pero deliberadamente yendo en la dirección opuesta. Esto significa más que simplemente ser obstinado, sino que trata de hacer lo opuesto. 10¡Ahora déjame! Estoy enfadado con ellos... ¡Déjame acabar con ellos! Te convertiré en una gran nación”.
11Pero Moisés suplicó al Señor su Dios, diciendo: “¿Por qué estás enojado con el pueblo que sacaste de la tierra de Egipto con tremendo poder y gran fuerza? 12¿Por qué permitirás que los egipcios digan ‘los sacó con el malvado propósito de matarlos en las montañas, borrándolos de la faz de la tierra’? Apártate de tu feroz ira. Por favor, arrepiéntete de esta amenaza contra tu pueblo. 13Recuerda que juraste una promesa a tus siervos Abraham, Isaac y Jacob,32:13.“Jacob”: literalmente, “Israel”. diciéndoles: ‘Haré que tu descendencia sea tan numerosa como las estrellas del cielo, y te daré toda la tierra que les prometí, y la poseerán para siempre’”.
14El Señor se arrepintió sobre el desastre que amenazó con causar a su pueblo. 15Moisés se volvió y bajó del monte, llevando las dos tablas de piedra de la Ley escritas a ambos lados. 16Dios había hecho las tablas, y Dios mismo había grabado la escritura.
17Cuando Josué escuchó todos los gritos del campamento, le dijo a Moisés: “¡Suena como una pelea en el campamento!”
18Pero Moisés respondió: “Estos no son los gritos de la victoria o de la derrota. ¡Lo que oigo es gente que está de fiesta!” 19Al acercarse al campamento vio el ídolo del becerro y el baile. Se enfadó tanto que tiró las tablas de piedra y las rompió allí al pie de la montaña. 20Tomó el becerro, lo quemó y lo molió en polvo. Luego mezcló esto con agua e hizo que los israelitas la bebieran.
21Entonces Moisés le preguntó a Aarón: “¿Qué te hizo esta gente para que los hicieras pecar tan mal?”
22“Por favor, no te enfades conmigo, mi señor”, respondió Aarón. “Tú mismo sabes cuánto mal es capaz de hacer este pueblo. 23Me dijeron: ‘Haznos unos dioses que nos guíen porque este hombre, Moisés, que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le ha pasado’. 24Entonces les dije: ‘El que tenga joyas de oro, que se las quite y me las dé’. Eché el oro en el horno y salió este becerro”.
25Moisés vio al pueblo enloqueciendo completamente porque Aarón lo había permitido, y que esto les había traído el ridículo de sus enemigos. 26Así que fue y se paró a la entrada del campamento, y gritó: “¡Quien esté del lado del Señor, que venga y se una a mí!” Y todos los levitas se reunieron a su alrededor.
27Moisés les dijo: “Esto es lo que dice el Señor, el Dios de Israel: Cada uno amárrese su espada. Luego recorran todo el campamento de un extremo a otro y maten a sus hermanos, amigos y vecinos”.
28Los levitas hicieron lo que Moisés les había dicho, y ese día alrededor de 3.000 hombres fueron asesinados.
29Moisés les dijo a los levitas: “Hoy han sido dedicados al Señor porque hanactuado contra sus hijos y hermanos. Hoy han ganado una bendición para ustedes mismos”.
30Al día siguiente Moisés habló al pueblo diciendo: “Han pecado muy mal. Pero ahora subiré al Señor. Tal vez pueda conseguir que perdone su pecado”.
31Así que Moisés volvió al Señor. Y dijo: “Por favor, el pueblo ha pecado muy mal al hacerse dioses de oro para sí mismos. 32Pero ahora, si quieres, perdona sus pecados. Si no, bórrame del pergamino en el que guardas tus registros”.
33Pero el Señor respondió a Moisés: “Los que pecaron contra mí son los que serán borrados de mi pergamino. 34Ahora ve y conduce al pueblo al lugar del que te hablé. Mi ángel irá delante de ti, pero en el momento en que decida castigarlos, los castigaré por su pecado”.
35El Señor trajo una plaga sobre el pueblo porque hicieron que Aarón hiciera el becerro.