1“¡Vamos! Volvamos al Señor. Él nos ha hecho pedazos, pero ahora nos sanará; nos ha derribado, pero pondrá vendas en nuestras heridas. 2En dos días nos sanará, y después de tres días nos levantará para que podamos vivir en su presencia. 3Conozcamos al Señor; procuremos conocerlo y él se aparecerá frente a nosotros como el sol brillante. Él vendrá a nosotros tan ciertamente como la lluvia de la primavera que riega la tierra”.
4¿Qué hare con Efraín,6:4 Efraín representaba al rey del norte de Israel, y Judá representaba al sur. y Judá? El amor que me profesan desaparece como la niebla al amanecer, y se desvanece como el rocío de la mañana. 5Por eso los he reducido a través de los profetas y los destruí con mis palabras. Mi juicio resplandece como la luz. 6Quiero que me ofrezcan amor verdadero y no sacrificios; quiero que me conozcan, y no que me traigan holocaustos.
7Pero ustedes, como Adán, quebrantaron nuestro acuerdo,6:7 Literalmente, “pacto”. y me fueron infieles. 8Gilead es una ciudad de gente malvada, donde se pueden rastrear las huellas de sangre. 9Los sacerdotes son como una cuadrilla de bandidos, esperando a un lado del camino a que pasen los viajeros para tenderles una emboscada. Cometen asesinatos en Siquem, y cometen grandes crímenes. 10He visto algo aborrecible en la casa de Israel: Efraín se ha prostituido e Israel se ha corrompido sexualmente.6:10 Las imágenes de prostitución e inmoralidad sexual se usan para describir el adulterio espiritual de Israel al seguir a otros dioses. 11Y en lo que tiene que ver contigo, Judá, ha llegado tu tiempo de cosechar lo que has sembrado. Cuando restaure la fortuna de mi pueblo,6:11 Esta última frase se toma mejor con el comienzo del siguiente capítulo.